Según el Colegio de Arquitectos del Perú, el 80% de las viviendas en el Perú son autoconstruidas, lo que las hace vulnerables a los efectos naturales o a su funcionalidad. Esto no se limita a un estrato social específico ni al sector residencial. Muchas obras, ya sean nuevas, de ampliación, adecuación o remodelación de pequeñas industrias o locales comerciales, son realizadas por personal no calificado, lo que las coloca en la misma condición de vulnerabilidad, incluso en el sector residencial con alta capacidad adquisitiva.

Todos deseamos que su proyecto de construcción sea de alta calidad, funcional y duradero. Entonces, ¿por qué recurrir a la autoconstrucción o a personal no calificado? ¿Es solo una cuestión de ahorro de dinero o falta de tiempo para hacerlo de la manera correcta? En su mayoría, esta tendencia se debe al desconocimiento, ya que es evidente que la forma en que se invierte en la construcción es de vital importancia. Hacer las cosas correctamente desde el principio no requiere más tiempo que realizarlas de manera deficiente. Y desde una perspectiva económica, un proyecto de construcción bien planificado y ejecutado siguiendo las normas y procesos adecuados, a menudo cuesta lo mismo que uno realizado de manera deficiente. Sin embargo, optar por la construcción deficiente generalmente implica la necesidad de rehacer una gran cantidad de trabajo, lo que resulta en costos adicionales.

En la mayoría de los casos, se contrata directamente a albañiles o maestros de obra sin tener una idea clara de lo que se desea lograr o sin un expediente de construcción adecuado, que incluya planos y especificaciones técnicas como mínimo. Este personal es solo parte de un equipo de construcción idóneo, pero su capacidad para realizar un trabajo de alta calidad se basa únicamente en su experiencia. La participación de un profesional de la construcción, como un ingeniero civil, es crucial para dirigirlos y garantizar que el proyecto cumpla con los requerimientos del cliente, asegurando un trabajo eficiente y de alta calidad que elimine el estrés de la improvisación en el proceso.

Cuando se contrata directamente a trabajadores no calificados, a menudo no hay una guía desde el principio sobre las características de la construcción, los acabados, los sistemas o los equipos necesarios para satisfacer completamente las necesidades del cliente. Esto resulta en proyectos que no pueden satisfacer las necesidades previstas y que requieren cambios y modificaciones en el camino para corregir omisiones. Cualquier obra de construcción sin asesoría técnica adecuada se limitará a la experiencia de quienes la realizan o a las guías de construcción proporcionadas por proveedores de materiales, que pueden no ajustarse a condiciones específicas y que están sobredimensionadas para garantizar la resistencia de las estructuras incluso cuando se utilizan procesos constructivos deficientes.

A menudo, parece que contratar a un profesional de la construcción puede resultar más costoso debido a las cotizaciones de menor costo y a plazos más cortos ofrecidos por trabajadores no calificados. Sin embargo, esto se debe nuevamente a la falta de experiencia y al desconocimiento de los requisitos técnicos, lo que lleva a la omisión de ciertos procedimientos y trabajos complementarios, que luego resultan en costos adicionales y retrasos en la ejecución. En última instancia, es probable que los costos y los tiempos superen las estimaciones iniciales de los profesionales debido a tiempo perdido, trabajo rehecho, modificaciones y reparaciones. (Recuerde que lo barato puede salirle muy caro, y la frase «bueno, bonito y barato» no se aplica en la construcción). Es importante destacar que los trabajos realizados a un costo menor a menudo son realizados a costa de la explotación de sus trabajadores, no proporcionan beneficios sociales y se llevan a cabo en entornos inseguros, lo que agrava la brecha social existente. Además, suelen utilizar materiales de menor calidad, ejecutados de manera deficiente y sin control, lo que resulta en estructuras que no cumplen con las normativas de construcción y que carecen de durabilidad.

Al contratar a un Ingeniero Civil (Profesional de la Construcción), se obtienen numerosos beneficios que permiten gestionar la inversión de manera efectiva y satisfacer todas las necesidades sin el estrés de hacerlo usted mismo o de actuar como salvavidas durante todo el proceso, reformulando continuamente el monto a gastar o el tiempo indeterminado en que le tomara realizarlo. Entre las principales ventajas de contratar a un Ingeniero Civil se incluyen:

• Garantizar un resultado de inversión a largo plazo, con asesoría técnica que proporciona acceso a nuevas tendencias, diversidad de procesos constructivos y cambios en las normativas. Esto se traduce en un proyecto definido según sus necesidades, su uso y ubicación geográfica.
• Planificación del proceso para anticipar riesgos, prevenir problemas constructivos y ofrecer soluciones con sistemas constructivos alternativos.
• Estimación precisa de costos y duración del proyecto en función de un plan adecuado y expedientes técnicos bien definidos, evitando gastos inesperados y sobrecostos.
• Garantía de su inversión a largo plazo, con construcciones de alta calidad que ofrecen durabilidad gracias a un control técnico constante, el uso de materiales de calidad y acabados o sistemas instalados de acuerdo a sus requisitos técnicos. Evitando errores constructivos y retrasos.
• Se tendrá una experiencia personalizada con un plan de construcción a medida, liberándolo del estrés del proceso.